¿Has
pensado alguna vez en los peces que viven en las cuevas?
Se
conoce como organismos troglobios, troglobiontes, hipogeos o cavernícolas a todos aquellos que están estrechamente asociados al medio ambiente subterráneo y que
cumplen completamente su ciclo vital en él (Sket,
2008). La biología y evolución de la fauna troglobia es muy interesante
para la ciencia por la asombrosa similitud que presentan un grupo de organismos diversos (a menudo no emparentados entre sí) en el desarrollo de un conjunto de adaptaciones anatómicas,
fisiológicas y de estrategia de vida (convergencia evolutiva).
Las adaptaciones de los organismos hipogeos se conocen como troglomorfía o troglomorfismo y pueden ser regresivas o progresivas (Christiansen, 1962). Hablamos de adaptaciones regresivas cuando el organismo ha perdido o reducido algún órgano, apéndice o caracter; las más comunes son la pérdida de los aparatos ópticos u ojos (anoftalmia) y pigmentos. Por el contrario, las adaptaciones progresivas consisten en la mejora o desarrollo de estructuras morfológicas o procesos fisiológicos, como el alargamiento de apéndices, el perfeccionamiento de modos sensoriales no visuales, un bajo metabolismo y una estrategia reproductiva tipo k.
Las adaptaciones de los organismos hipogeos se conocen como troglomorfía o troglomorfismo y pueden ser regresivas o progresivas (Christiansen, 1962). Hablamos de adaptaciones regresivas cuando el organismo ha perdido o reducido algún órgano, apéndice o caracter; las más comunes son la pérdida de los aparatos ópticos u ojos (anoftalmia) y pigmentos. Por el contrario, las adaptaciones progresivas consisten en la mejora o desarrollo de estructuras morfológicas o procesos fisiológicos, como el alargamiento de apéndices, el perfeccionamiento de modos sensoriales no visuales, un bajo metabolismo y una estrategia reproductiva tipo k.
Astyanax mexicanus es una especie que presenta diferentes morfotipos de acuerdo a sus hábitos y posición en la columna de agua. En la imagen se puede observar la degeneración del ojo en los organismos de cuevas (B-F). Los distintos ejemplares corresponden a diferentes localidades. A. Pez de superficie. B. Pez de cueva subterráneo C. Pachón D. Los Sabinos E. Tinaja cavefish. F. Curva. Imagen propiedad de Jeffery et al., 2003. |
La
mayoría de la fauna troglobionte presenta un alto endemismo, es decir que solo
se distribuye en determinada cueva o región. Este endemismo puede estar
relacionado al aislamiento derivado de una escasa o nula conexión entre los ambientes
subterráneos.
El
estudio de la fauna troglobia ha sido limitado por la dificultad de acceder a
sus ambientes. En la actualidad, se han descrito 952 especies de fauna
cavernícola en México, la mayoría invertebrados (Palacios & Reddell, en
prensa). Este sesgo en el conocimiento de la diversidad de las cuevas es algo
común a nivel mundial y para la mayoría de los grupos biológicos. Un grupo
conspicuo como el de los peces no es la excepción. Por ejemplo, en el año 2001
se conocían 86 especies de peces troglobios en todo el mundo (Romero & Paulson, 2001).
México
alberga el 10% de la diversidad mundial de peces troglobios con 9 especies (de
5 familias) descritas. De éstas, 7 se encuentran listadas por la
NOM-059-SEMARNAT-2010 como especies amenazadas (A) o en peligro de extinción
(P) (Semarnat, 2010). Estos peces son:
La distribución restringida de estas especies les confiere una extrema vulnerabilidad a amenazas humanas como la contaminación y la desecación de los mantos acuíferos en los que habitan. Para contribuir con su conservación, debemos tener un consumo responsable del agua y una adecuada disposición de los residuos sólidos
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Referencias citadas
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