Nutria marina Enhydra lutris. Imagen tomada de http://rareresources.blogspot.mx/2010/10/enhydra-lutris.html |
La cantante mexicana Paquita la del Barrio |
Sé que esto puede leerse un poco rudo o intenso, al grado de que algunos de ustedes ya estén pensando en reclamarme con el argumento de que los animales son solo animales y no actúan con dolo como los humanos. Y estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, al conocer el curioso comportamiento de las nutrias macho, no pude evitar pensar en que sería material perfecto para las canciones de Paquita.
Averigüemos por qué
En principio, las nutrias marinas tienen un sistema de apareamiento llamado poliginia, que consiste en que los machos se aparean con muchas hembras (esto ya es suficiente para ponerle los cabellos de punta a Paquita). Una vez que la hembra queda preñada, ésta suele separarse del grupo en que se encuentra (también conocido como raft) hasta el nacimiento de las crías (los motivos de esto aún no se conocen). Como pueden imaginarse, los machos no participan en ningún momento en el cuidado de las crías (Riedman & Estes, 1990).
Al trabajo complicado de las hembras de cuidar y alimentar a sus crías, se le tiene que sumar el lidiar con machos "abusivos" que simplemente roban su comida o que cobran "tributo" a las que se atreven a penetrar en sus territorios en búsqueda de alimento: si el macho está de humor, la hembra solo tendrá que ofrecerle el alimento obtenido; pero si el macho es agresivo, éste robará a la hembra lo que ella haya colectado (lo que faltaba, ¿no?).
Si esto no es suficiente para ilustrar el comportamiento de estos "despiadados" machos, las hembras también tienen que estar pendientes de que sus crías no sean secuestradas por ellos cuando están buscando alimento. El secuestro de las crías por los machos es conocido como "hostage behavior" o comportamiento de rehén (Riedman & Estes, 1990) y ha sido observado en nutrias de California y Canadá (Pearson & Davis, 2005). Al igual que un secuestro humano, la madre se ve forzada a entregar al macho un pago (en este caso el alimento que consiguió) a cambio de que le devuelva a su cría.
Y no olvidemos agregar a esta lista, las interacciones agresivas como gruñidos y embestidas que los machos realizan en contra de las hembras, sin motivo aparente (Pearson & Davis, 2005).
No sé ustedes, pero todo esto bien podría ser material para más de una canción de Paquita la del Barrio. Y antes de que comiencen a adormilarse, me despido. Espero que esta entrada les haya parecido interesante ¡Nos leemos pronto!
Nutria Enhydra lutris estirándose después de tomar una siesta (C) Tom & Pat Leeson |
Referencias
Para leer más
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