miércoles, 7 de mayo de 2014

Celebrando el día de las madres... en una poza... en Cuatro Ciénegas


Se acerca el día de las madres y, como no quise quedarme atrás, decidí publicar algo al respecto. Primero pensé en una adorable hembra de mamífero y su cría, luego escogí un ave, pero al momento cambié de opinión y me decidí por un pez dulceacuícola. Y es que los casos de mamíferos y aves son tan populares...

En fin, en esta ocasión les hablaré de una madre devota, que como la gran mayoría de madres en el reino animal, lo da todo por sus crías. Se trata de las hembras de la mojarra de Cuatro Ciénegas Herichthys mincleyi, la cual pertenece a la familia Cichlidae.

Como su nombre lo indica, este pez es endémico de los manantiales y pozas de Cuatro Ciénegas, en el estado de Coahuila. Además de su maternidad (más propiamente dicho, cuidado parental), esta especie tiene otros atributos interesantes, como el polimorfismo, es decir, dentro de la misma especie hay dos (probablemente tres) "tipos" (morfotipos) de mojarras que presentan variaciones en su dentadura, las cuales les permiten consumir -además de plantas, algas y detritus- ya sea caracoles o peces.

De regreso al tema de esta entrada, he leído que una de las claves del éxito de los peces cíclidos está relacionada a la construcción de nidos y el cuidado parental que brindan a su descendencia. En el caso de nuestra especie en cuestión, es la hembra quien aparentemente elige el sitio del nido. Los sitios ideales para anidar por lo general son depresiones en el fondo o pequeñas cuevas que les brinden protección.

La hembra deposita  entre 50 y 100 huevos adhesivos en el nido y el macho nada sobre ellos para fertilizarlos. Una vez que los huevos son fertilizados, permanece al cuidado de los mismos, defendiéndolo de los depredadores, que usualmente suelen ser peces de la misma especie.

Pareja reproductiva de mojarras de Cuatro Ciénegas. El macho (coloración oscura) protege su territorio, mientras que la hembra, protege los huevos y alevines dentro de su nido, el cual es una cavidad excavada en el detrito. Fotografía propiedad de Juan Miguel Artigas Azas.

Mientras los huevos incuban, la hembra los limpia meticulosamente, eliminando a los huevos muertos y/o infectados por hongos. Utiliza sus aletas pectorales para circular el agua sobre los huevos. Al cabo de dos días, éstos eclosionan, pero las larvas se quedan pegadas en la superficie del nido. Es aquí cuando mamá decide que es hora de mudarse hacia otro sitio con todo y sus críos.

Al ir creciendo, los alevines nadan alrededor de su madre y ésta les sigue brindando protección de los depredadores. Pasadas varias semanas, y una vez que los pequeñas mojarritas han alcanzado longitudes entre 1.5 y 2 cm, los pequeños abandonan a su madre para refugiarse en las orillas y zonas poco profundas de las pozas con abundante vegetación, crecer y darle continuidad a su ciclo de vida.





Hembras con sus crías
(C) Juan Miguel Artigas Azas

¿Verdad que esta hembra merece un festejo a lo grande?

Espero que esta entrada les haya parecido interesante. ¡Nos leemos pronto!

Referencias